domingo, 16 de octubre de 2011

Confesiones de un médicoblasto

Médicoblasto: un médico en formación, estudiante de medicina (créditos a Luis Lavigne).


Pues bien, han pasado ocho meses desde mi última entrada en el blog. Antes que nada, he de advertir que mi vida como la había conocido hace meses ha cambiado completamente. ¿Por qué? Sencillo:

He entrado a la universidad... O algo similar a ello.

Pues verán, después de haber fallado épicamente el examen de admisión a la UNAM en la primera vuelta, comencé a considerar el IPN como una opción verdadera y firme para estudiar medicina. Tomé un curso de preparación y, por un sueño que tuve, decidí hacer la segunda vuelta para la UNAM, aplicando ahora para la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Hice ambos exámenes (con una semana de separación entre ellos plagada de exámenes de tercer parcial en mi preparatoria) y, por razones que aún no logro comprender, fui admitido en ambas universidades. Decidí ingresar al IPN, a la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, en la carrera de Médico Cirujano y Homeópata. Ahora sí, me siento importante.

Sin embargo, hay algo curioso dentro de toda esta historia.

Me siento como pez en el agua. Es algo bastante divertido. Me encuentro relajado, animado, feliz, pleno... Agreguen todos los sinónimos de esas palabras, comprímanlas en tamaño infinitesimal e insértenlas en su cuerpo con un detonador, hagan que explote y sabrán cómo me siento. He aprendido tantas cosas y visto tantas más que simplemente no comprendo cómo es que mi mente no explota. En lugar de eso, se vuelve esponja. Quiero saber más, quiero ver más, quiero hacer más... ¡Me quiero comer mi carrera! ¡Es simplemente impresionante! Mi madre dice que me encanta. Padre no quiere que le cuente lo que estudio, pero bueno... Mi hermana a veces me pregunta, sobre todo de Embriología. Con mamá es con quien más hablo y comento las cosas. Incluso me hace preguntas interesantes. Anatomía, embriología, bioquímica médica, histología... Materias básicas y maravillosas.

Ahora, hace unos días, un amigo publicó un enlace a otro blog, http://diariodeunmedicoblasto.blogspot.com, en el cual me reconocí en la manera de escritura. Resulta, por asares del destino, que el autor también estudia en mi escuela. ¿Casualidad? No lo creo.

Necesidad... Eso sí que lo creo.